11 de diciembre de 2015

>Ya que otros lo comentan: el bailecito de Gilda en el balcón. Me molesta y mucho y yo no soy, nunca fui peronista de Perón. Pero ese balcón tiene historia y mucha. De la que de este lado consideramos "bella, buena" y de la otra. Recuerdo a Alfonsín el día que yo me fui de la Plaza no porque dijo "La casa está en orden" (que no lo estaba) sino porque dijo que los militares eran "héroes de Malvinas"..., nada menos. Recuerdo la plaza que tuve que evitar cuando se declaró la Guerra de Malvinas y cómo tuve me esconder mis libros de inglés, con los que vivía (dando clases en empresas, a ejecutivos) porque me gritaban sin los veían. Recuerdo las plazas a las que fui para pedir por la educación a la que destrozaban en tiempos del Innombrable 1 (para mí, este es el 2). Recuerdo las plazas de los Kirchner a las que nunca terminé de llegar y que siempre, siempre me conmovieron. Lo que me molesta, creo, si lo sigo pensando es que ese bailecito no dice NADA. Nada. No tiene consistencia. Es solamente eso: imagen, globos de colores. Y el balcón es para decir, para decirnos, es un lugar donde lo que se hace cuenta... Eso me molesta, el vacío. Esa superficie de colores que esconde ya sabemos qué pero no vamos a decirlo, eso nunca. Habrá que darle sentido al balcón desde abajo, desde la Plaza, supongo.

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