21 de marzo de 2019

21 de marzo, día de la poesía. Pongo un poema entonces. El otoño ya llegó y a mí no me gusta. Los colores, sí, las flores que hay todavía en todas partes, a veces hasta el sol. Pero no este bajón en la temperatura, la camperita obligatoria, guardar las sandalias hasta el año que viene (tan pero tan temprano), eso no. No es nuevo este poema, tiene un año más o menos... Pero ese viaje lo hice hoy, ida y vuelta y podría volver a escribirlo.

Entre Lanús y Gerli

El tren no es el mismo;
nunca es el mismo.
Hoy, adentro, conmigo,
van un soldado;
una enfermera;
una mujer que duerme,
la boca abierta;
dos chicos cansados.
Yo miro hacia la ventanilla,
lejos,
afuera,
más allá de todo.
Entre Lanús y Gerli,
hay un lugar
verde, libre,
abierto,
y ese lugar me quiere.
En este tren,
el de hoy;
antes,
en otros.
Miro despacio, buscando
al ruano.
Ahí está.
Es bajo y ancho,
el cuello corto,
inclinado en un puente rápido
hacia el pasto
todavía vivo
de este otoño.
Tiene la grupa
oscura;
oscuros,
los cascos.
Antes,
había un tordillo
y antes,
un zaino.
Nunca supe
cuándo dejé de verlos,
cuándo cambiaron.
Hice este viaje
en miles de trenes,
durante años.
Sé, de eso estoy segura,
que todo sería mejor
si yo contara el tiempo


en caballos.

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