7 de abril de 2020

Diarios de cuarentena
Bueno, mirando comentarios de otros..., no sé, veo que parezco en minoría... Yo no siento que no voy a querer volver a salir de casa. Es más, quiero irme hoy, ahora. Siento una nostalgia terrible hasta del tren en hora pico, de ese subir al Roca y esperar las estaciones (6 o 3, según si es rápido o no) y bajarme en mi "Yo soy de un barrio del sur", ese cartel verde y blanco de Banfield, que en realidad siempre fue mi estación. Hasta de ese momento de agotamiento al volver tengo nostalgia. De las fotos que sacaba yo de mí misma colgada en el vidrio oscuro de la ventanilla al lado de dos o tres personas de las que yo imaginaba historias, razones para la cara larga o la sonrisa, días en el futuro y días en el pasado. Extraño hasta ese momento incómodo. Extraño ir a lo que desde provincia llamamos "el Centro" que en mi caso abarca desde Constitución a Belgrano, desde el Bajo a Medrano y caminar cuadras y descubrir edificios fabulosos, pájaros extraños, escenas estrambóticas, autos viejos. Extraño la sensación bella de volver a casa..., que la sentía yo, pero claro para "volver" hay que irse. Extraño Ezeiza... Extraño ir caminando hasta Lomas (8, 9 cuadras) y mirar los negocios que conozco y caminar por la peatonal y volver caminando o decidir el colectivo (total, una buena de la jubilación: pago menos con la SUBE). O sea no..., no me va a pasar que no quiera salir cuando esto termine. Creo que va a ser como sacar la cabeza de abajo del agua y respirar después de demasiados días. Y no digo a las personas que extraño (hijos, amigos, nieto, reuniones de laburo con jóvenes que están haciendo la tesis..., todo eso) porque ayer y hoy no fueron días buenos. Mejor no pensarlo demasiado.

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