16 de enero de 2021

 Ok, abro el paraguas antes. No pretendo discutir: no me gusta y no sé hacerlo. No es lo mío el debate pero tengo ganas de contar esta experiencia, para mí, inédita que, por un lado, me asombra y por otro me hace sentir bien..., porque en algún sentido, me di cuenta de lo necesario. Seguramente los más intelectuales van a estar MUY en desacuerdo. 

Hacía años que no me pasaba... Hace dos días, cuando Odi se fue a dormir (para mí antes de las 11,30 es peligroso porque no duermo más de 6 horas últimamente y tengo miedo de despertarme 4 o 5 y no saber qué hacer), me puse a mirar Bridgerstone. Miré el primer capítulo y me pareció "horrible", usé la palabra en un grupo de WhatsApp. Pero algo me llamaba terriblemente la atención, mucho, algo me pedía que siguiera un poquito para ver... Así que seguí. 

Y tres capítulos después..., estoy realmente asombrada y bastante entusiasmada porque por lo menos para analizar, para ver por qué me incomoda y me interesa y me gusta en el fondo, para entender cómo hacen los directores y guionistas para mezclar ese tono totalmente light con una crítica aguda y filosa de muchas cosas inglesas..., estoy convencida de que vale la pena. 

El primer capítulo parece un cliché: dos que fingen ser novios sin ganas y que terminan enamorados porque además, todo en el relato dice que son "una para el otro", o sea amor romántico y demás tonterías. Y en un ambiente de lujo del siglo XIX, todo lujo y mujeres que necesitan casarse porque no tienen otra cosa que hacer. Pero..., hay algo rarísimo: en esa Inglaterra, claramente de ficción, los nobles son tanto blancos como negros y lo son sin prestar ninguna (pero NINGUNA) atención a eso. Ese tipo de diferencias físicas NO existen. La pareja principal es un negro con una blanca pero todos quieren que se casen (porque él es duque). Eso me llenó de una curiosidad enorme y por eso seguí.

Tres capítulos después (no vi mucho todavía), veo que el asunto de la mujer está en el centro y que aparecen muchos, pero muchos temas del feminismo. Algunos diálogos son realmente increíbles, por ejemplo uno entre la hermana estilo Jo de la Meg protagonista, Eloisa, (Eloisa no quiere casarse y protesta porque lo que quiere es inalcanzable para ella) con su hermano menor (son quichicientos hermanos). En ese diálogo, la diferencia de poder, de posibilidades de vida, de... expectativas entre hombre y mujer es... terrible. En ese sentido, aunque todo tiene el tono de finales felices (seguramente será así), todo es también muy dramático, muy duro en el fondo. Para las mujeres y claro, para los hombres. Y la defensa femenina está en las grietas que se les permiten a ese género: charla, chismes (me encantó la reivindicación del chisme), manipulaciones, en algún momento imponer la autoridad de la madre frente al hijo (muy discutida), lo que se puede. 

Y eso no es todo: hay también (menos pero hay) bastante sobre clase. Por ejemplo, cuando la hermana protagonista (la linda que quiere casarse, o sea acepta el mandato social solo que quiere que sea por amor) charla una noche con el hermano mayor (que fue su "enemigo" un tiempo...) y ninguno de los dos sabe encender la cocina económica..., ni idea. Eso es de los sirvientes. O cuando van al barrio bajo (una única vez por ahora) para mostrarle a una joven embarazada sin marido lo que le espera. Cada vez me gusta más. No es una maravilla, hay algo demasiado light en el asunto pero realmente está lleno de cosas interesantes. Lamento haber dicho "horrible"..., pero es lo que sentía. Raro en mí el cambio y una alegría haber visto algo en ese capítulo inicial..., algo que me hizo decir "veo uno o dos más".  

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