20 de mayo de 2022

 Bueno, ayer me vi una película realmente mala. No sé por qué seguí hasta el final, tal vez porque pensaba que no podía seguir así, por curiosidad... Suelo dejarla como dejo los libros que no me gustan. Era una película de género y un género con mala prensa que yo disfruto mucho siempre que lo que esté mirando esté por lo menos en la media..., sea...., digamos, decente. Me refiero a la comedia romántica (romántica en el sentido de una historia "de amor", entre dos de distintos géneros, dos del mismo género, no importa). Como todo género, este tiene una estructura, ciertos tópicos, escenas típicas, una línea argumental de encuentro-desencuentro-rechazo-reencuentro, y más). Todo eso está bien, yo lo acepto. Estoy dispuesta a ver películas que tienen todo eso y lo repiten en un buen nivel (de actuaciones, de diálogos, de fotografía, sobre todo de argumento). Lo disfruto mucho (como otros disfrutan de las de guerra o las de terror). Pero esta película danesa.... uffff. No tenía sentido, no seguía bien la línea súper previsible de siempre, era como una línea interrumpida, salteada, que pasaba del odio del comienzo a una atracción inexplicada; era previsible, sí, pero mal planteada. Uffff. Además de que ya sabemos el estereotipo del "Para hacer el amor, hay que venir al Sur", esa cosa de que los países del Norte sienten que Italia los deshace, los deconstruye, los desarma... Pero hasta eso habría estado bien si hubiera estado bien. Se llama Toscana. El paisaje..., los lugares, aaah, Italia es lo que más me gustó de Europa en todos mis viajes. 

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