5 de octubre de 2011

Prólogo del nuevo libro: Umbrales

La Línea era invisible.
Cruzaba el mundo de Este a Oeste y para atravesarla (del Sur al Norte, del Norte al Sur) bastaba un paso. Pero no era un paso fácil porque la Línea era poderosa. A su manera, definía el mundo. Desde su cuerpo estrecho hacia el Sur, los magos no podían ejercer su oficio. Ninguna excepto la del fuego y la de las curaciones. El castigo era el Pozo de Cenizas. Bastaba un paso para cruzar la Línea, pero era un paso difícil.
Ésta es la historia del año en que ese paso nació en muchos pies al mismo tiempo y cambió el mundo.
La Línea mataba. Para hacer cumplir la Ley que ella definía, los soldados del Norte se llevaron a muchos magos del Sur hacia el Pozo de Cenizas. Se llevaron a los más decididos, los más sabios y el Sur se quedó casi sin magia. Así estaba cuando empieza esta historia, las marcas de las ausencias fijas en la memoria de sus pueblos.


Y la dedicatoria:

Algunos se atreven a dar el paso sobre las fronteras. A ellos va este libro.


A mi hermano, Joaquín.

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