27 de marzo de 2013


Me olvidé de algo... Son días difíciles estos y me olvido de momentos de magia que, si vienen a buscarnos, deberían quedar en nosotros. Viajábamos en tren, mis hijas y amigas de mis hijas y yo a la Marcha del 24, tarde del domingo. Para mí, ya eso era raro: los domingos yo estoy lejos de Capital, siempre, y nunca viajo en tren (cosa que sí hago el resto de la semana). Y entonces, entre los vendedores ambulantes a los que ya estamos acostumbrados en el Sur, vino un señor mayor con una señora que le llevaba el arpa. Apoyó el arpa en cada puerta del vagón y tocó. Bellísimo, mágico, la música subía por encima del ruido, que no es mucho porque el tren es eléctrico.
No quiero olvidarme, por eso lo comparto.

No hay comentarios: