Anoche, reunión de fin de año con amigos que piensan lo mismo. Fue a propósito. Gracias, Eugenia, por pensarlo. Me hizo bien. Necesitaba eso. Necesitaba ver la tristeza en los ojos de otros y también, sí, la esperanza, el deseo de fuerza o, en algunos, la fuerza misma. Hasta el miedo, si hay otros que lo sienten, afloja, se vuelve un lugar de encuentro. A todos, gracias..., ustedes saben quiénes somos, son.
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