2 de marzo de 2016

Recuerdos..., sí. Y malos. En tiempos de Cacciatore, en la Dictadura, a mi viejo, que ya tenía más de sesenta años, lo jubilaron de prepo del Hospital Muñiz porque era (la fórmula era con palabras más... militares y pomposas pero no la recuerdo) "potencialmente peligroso". Él se buscó un abogado y litigó contra la Municipalidad de Buenos Aires. Años después, ganó el juicio. Tuvo trabajo como investigador (era lo que hacía ya) en una empresa privada y trabajó hasta su muerte. Pero... sí, fue parecido a este momento... Y cada vez que dicen "Muñiz" yo recuerdo los pasillos, los senderos, los árboles inmensos y la Sala 17, de la que fue jefe hasta que fundó el Laboratorio de Toxoplasmosis. Yo iba y venía sola..., y sabía entrar desde Velez Sarsfield y desde la Plaza, cerca de la cárcel de Caseros... No me gustaba el Hospital (así supe que por más que él quisiera, la Medicina no era para mí) pero me gustaba encontrarlo al final de esos caminos y el hecho de que estaban llenos de pájaros.

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