24 de septiembre de 2016

Todo está en el género. Los géneros son un ritual, siempre lo digo cuando doy alguno en la facultad. Vuelvo a esto al final... Ayer, Los 7 magníficos. Western. Uno de mis géneros favoritos. Quienes lean esto, tengan eso en cuenta: a mí, me fascina todo en el western contemporáneo, me cuesta un poco más en el viejo, donde lo ideológico es totalmente contrario a mi manera de pensar pero aún ahí..., el rito... Tengo teorías de por qué me gusta pero no voy a decirlas acá. A Odi no le gustó mucho. A mí..., ah, me encantó. La pasé realmente bien, como la pasan algunos con una película de terror (género que yo odio y al que nunca me entrego). Todo está ahí: el ritmo en ráfagas de lentitud absoluta seguidas por otras de mucha acción (ráfagas de silencio largo y otras de tiros constantes); las tomas, (picados y contrapicados, mucha contraluz, el sol en todas partes, la noche en todas partes, la naturaleza); los primeros planos de caras serias, sucias, tocadas por el tiempo, por la historia; los primeros planos de manos sobre las armas; las armas como temática constante; la hombría y la cobardía como temáticas constantes; los códigos del héroe y la sociedad corrupta; el heroísmo mismo (tal vez lo que menos me interesa pero ahí está); la cosa religiosa en el fondo, tan, tan presente; la amistad-camaradería entre hombres; los escenarios; la fecha (siempre después del final de la Guerra Civil y antes del siglo XX); el final, absurdo, que siempre es que los héroes se van. Y podría seguir. Esta película cumple todo eso a raja tabla. Y está muy, muy bien hecha salvo el asunto de la bandera que lamento enormemente, pero eso es otra cosa. En cuanto a la historia, la verdad es que me encantó. Una buena forma de rebobinar la película original (una de tantas en que me enamoré de Yul Brynner). Y ahí está la cosa: es política, el western siempre, siempre fue político (una de las razones por las que me gusta). Se dice todo al principio: el malo es el capital desatado. ¿Demasiado "malo"? Claro, el género es binario y maniqueo y si no les gusta eso, no vayan porque es así. Pero acá es el empresario que abre y cierra la acción diciendo que para los EEUU el capitalismo es Dios y que "si Dios no quisiera que los esquilaran, no los habría hecho corderos"... En el medio, quema la iglesia y hay que reconstruirla, claro, porque ese capitalismo es salvaje y es terrible. Me pareció una película necesaria en este momento, infantil porque el género es simple en ideas pero necesaria. Y encima, elegir a los no blancos para el final... una pegada. Vuelvo al principio (se me fue la mano con esto, sorry): no vayan si no les gusta el western. No es excepcional, pero para los que lo disfrutamos muchos, ¡qué placer ver uno bueno de nuevo...!

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