20 de marzo de 2018

De noche, antes de empezar otra serie o algo, vimos dos películas, en el cable normal una y otra en Netflix. Y ahí vienen los gustos. La comedia que vimos en el cable se llamaba Dough, masa, y me gustó mucho aunque era super light, sobre una panadería en Londres, con Jonathan Price haciendo de judío y un empleado musulmán joven y negro, y algo de droga en el medio. Me divirtió y me relajó. Pero después, vimos una película de ciencia ficción que hizo Netflix. Annihilation (Aniquilación). Y no, esa no. Es estilo de La zona de Tarkovski, director que nunca quise y nunca me llegó. La zona implicó una discusión inolvidable para mí con Odi en su tiempo por la misma razón que esta (con la diferencia de que en ese entonces éramos jóvenes y recién empezábamos a salir y fue medio desastroso todo, ahora ya nos conocemos y todo es más tolerable). Como en aquel caso, a mí no me gustó nada..., nada, y a él sí. Lamento haber visto aquella y esta también. No me dejaron nada que me interesara y me asustaron mucho. Esta vez terminé con pesadillas (como corresponde) y como corresponde, la culpa es mía. Cuando vi adonde iba..., bueno, debería haberme puesto a leer o darme vuelta o hasta irme a otra pieza. Ese tipo de película de ciencia ficción, con su dejo filosófico (no social, filosófico; que quede claro, cuando es social me encanta) y medio relacionado con cierta..., digamos, divinidad o sentido final de la existencia (eso es más claro en el caso de Tarkosvski) el tema me aburre y me asusta y, para mí, (todo es para mí, por eso hablaba de gustos) ese miedo es sin sentido porque nada de lo que se está diciendo me sirve. Es como la violencia estética de algunas películas de Quentin Tarantino (no Django Unchained, claro, porque ahí sí está diciendo algo importante para mí, y porque creo que la esclavitud lo amerita)...: no tengo por qué soportarla. No me da ni placer ni ninguna otra cosa. No tengo ganas de soportarla, no si es solamente estética. Esto fue igual. Lo único que me dio placer es volver a ver al actor de Give Me a Hero, esa serie super fabulosa de HBO..., como marido de la Natalie Portman. En fin, ya sé lo que tengo que hacer: cuando la cosa va para ese lado (y lo peor es que yo me di cuenta perfectamente de que iba para ahí), tengo que renunciar. Pero el problema está en la forma de narrar, y ahí me saco el sombrero: la tensión está muy bien manejada, dan ganas de ver qué van a encontrar en esa otra "Zona" llamada, encima, "El resplandor"... Por eso me quedé. Me atraparon.

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