2 de abril de 2018

Esto pasó el 28, cuando cerramos la Semana de la Memoria con lecturas en el patio de la Fundación. La excusa era un ciclo que organiza la Municipalidad que se llama "Patios con Hstoria", recordar que ahí funcionó hasta el 85 la oficina de"Identificaciones" de la Policía. Cuando nos entregaron el espacio para poner la biblio jamás pensamos que encontraríamos celdas (individuales y colectivas) en el corazón de esa manzana. Sólo dejamos una, el resto lo convertimos en patio. Y ahí nos juntamos. El Hongo Morresi relató con mucho humor cómo logró escapar de allí mismo en 1975, unos meses antes del golpe. Miguel Molfino contó una escena de lectura en su celda de preso político y leyó poemas de Miguel Ángel Bustos, la abuela cuentacuentos Cristina Figueredo, también ex-detenida leyó "La Composición", de Silvia Schujer y su hija Emilia un poema de Paco Urondo. Muchos lloraban con la lectura del cuento y Clau Roble contó entre lágrimas que ella, chiquita, estaba debajo de la cama cuando se llevaron a Cristina, igual que la nena del relato. Emilia dijo "qué suerte que puedo escuchar ahora a mi mamá contar todos estos cuentos, que no pudo contarme cuando la tenían presa". Coqui Capitanich, que vino en calidad de Intendente, leyó el cuento "La mano en la pared" de Márgara Averbach y por un rato todos los que estábamos ahí fuimos, esencialmente, madres, incluso los hombres. Rocio Delssin cantó canciones para la memoria acompañada en el piano por Juan Mora, no las de siempre, otras, igual las sabíamos todos. Y nos reímos y disfrutamos muchísimo estar juntos y estar vivos. Todos se llevaron textos de Oesterheld, de Roberto Santoro, de Elsa Osorio, de Haroldo Conti, además de los compartidos. Al día siguiente Marìa Julia Catalina soñó con Fernando Piérola.


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