13 de noviembre de 2018

Las tipas de Buenos Aires son árboles hermosos, troncos negros como la noche más negra, hojas verde oscuras que duran todo el invierno y son (por lo menos para mí, que odio esos meses) un refugio intenso para los ojos cansados de ver el vacío sobre troncos que esperan septiembre. Ellas nos acompañan hasta que, de pronto, llega la primavera y el verde estalla en todas partes y entonces, solamente entonces, en septiembre, las hojas de las tipas caen despacio y enseguida, en menos de un mes, vuelven a nacer y entonces, el verde es claro, claro, hermoso, una especie de encaje de ese color de comienzos y juega a la escondidas con los troncos negros y no hay nada, nada, más bello.



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