20 de septiembre de 2013

Ok, algunas cosas tengo que contar. Y pienso sobre todo en los que no se ven más allá de su propio mundo... Digo, hay otras realidades (como cuando una entra a las cárceles como privilegiada, claro, pero entra y ve). 
Dos historias: En las escuelas que vinieron al acto ayer, había dos proyectos, creo que eso ya lo dije, uno sobre la historia del barrio en dictadura (que yo relacioné inmediatamente con lo de Melincué...) y uno sobre la historia de la escuela misma. Ahí contaron que descubrieron que una vez se les había inundado todo el barrio menos la escuela y la escuela fue el lugar al que fueron a vivir todos, porque ahí había agua potable. 
Otra: a un chico (que hablaba realmente bien) le sale un frasco de perfume de la caja de cosas que vamos sacando para ver si los objetos nos hacen pensar en algo y dice que se acuerda de una vez que se había ido a jugar y estaba todo traspirado y maloliente y no quería volver y que el viejo le pegara (no lo dijo así, pero era eso) y le prestaron perfume para ayudarlo pero era de mujer..., así que el viejo le pegó por haber estado con una chica. Eso es un cuento. Y él lo había hecho solito, con todas las palabras, las exactas.

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