13 de junio de 2015

Esto dice en su "Voyage au Patagonie" el "señor" Conde Henry de la Vaulx..., con toda su "civilización" a cuestas... Se llama "Cocina macabra" y habla de cómo se llevó el esqueleto del cacique Sakamata-Liempichum a su país, esqueleto que por suerte hoy se está pidiendo que vuelva a su comunidad: (Cito partes solamente):
"Examino el cadáver (lo mide, pone todos los datos). No puedo llevarlo a mi carpa, los Indios me despedazarían. Tomo una decisión heroica y tomando mi cuchillo me pongo a desmenuzar al gigante. Soy muy inexperimentado en anatomía... paso un tiempo infinito en este trabajo de descuartizamiento. En un momento me doy horror. Yo traeré a Francia un bello espécimen de la raza india... (Cuenta como lo hierve en un caldero) Como la marmita es demasiado chica, no puedo cocinar más que un pedazo por vez... (Habla del olor y lo relaciona con sacarse de encima huellas de un asesinato). Arroyo el agua que ha servido para la cocción, me echo en la cama, agotado, y me adormezco con, de alguna manera, un remordimiento en el fondo de mi alma. ¡No se despedaza un hombre sin experimentar algo de emoción!"
Llamo la atención (y no me voy a poner a hacer un análisis) sobre las palabras "heroica", "especimen" y que no digan en ese momento no se sentía tan malo: el hombre se da horror, y llama al cacique "hombre"... Sabía. Sabía y no le importaba...

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