12 de mayo de 2016

Estudié primaria y secundaria en una escuela pública, salvo un único año en que para que no volviera a tener a una maestra que me hacía daño en serio (digo, empecé a tener pesadillas por ella), me pasaron a una escuela privada estilo muy moderno, muy libre. Después, fui a la UBA y al mismo tiempo al Lenguas Vivas para hacer Traductorado de inglés (no me gustaba el público, sigue sin gustarme). Soy hija de la educación pública. Como profesora, dos veces pasé por la educación privada, en un instituto terciario y en una universidad. Huí despavorida en ambos casos. Todo era dinero, dinero, dinero. Y explotación claro, las dos cosas van juntas. De la supuesta "excelencia" no vi nunca nada. Por eso y porque hoy trabajo en los dos lugares en los que estudié..., voy a la marcha.

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