19 de julio de 2016

Ayer, fuimos a ver Viajo sola, la italiana. Voy a tener que llegar a la conclusión de que además del cine inglés, entre los europeos, el italiano (de cierto tipo, en ambos casos, claro) me gusta. La disfruté y la sufrí mucho, tal vez porque toca el tema de la soledad, que para mí es insoportable. Me gustó la forma en que la escena en que la moto y el colectivo van juntos plantea lo que quiere hacer la película: comparar una vida más tradicional y una de viajar sola en dos hermanas, dos vidas paralelas... y la forma en que cada una tiene satisfacciones e insatisfacciones. Pero sobre todo me conmovió la necesidad de otros en las vidas de todos.

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