17 de noviembre de 2016

Me hizo acordar el video de los caballos... Una vez, en un viaje de los que hacíamos al Sur en auto, en invierno (es decir uno de esos viajes en que yo sufría mucho el frío y había nieve, fenómeno meteorológico que no me gusta nada, ni por color o falta de color, exceso diría un científico, ni por lo que significa en cuanto a temperatura), y vi un caballo hermoso, que trotaba, las orejas adelante, la cola levantada, todo alerta, todo anticipación, buscando a los suyos y los llamaba. Nunca voy a olvidarme. El cuerpo bello era un lenguaje y yo lo entendía a la perfección. Lo miré quedarse atrás y de pronto, sacudió la cabeza y entendí que había encontrado lo que buscaba. Ahora estaba galopando hacia un campo nevado, abajo, donde lo esperaban los suyos.

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