26 de enero de 2017

Antes de ir a los lugares uno x uno, creo, algunas generales. Con los italianos, aunq no sé una palabra del idioma y en Sicilia, me son incomprensibles, me entiendo bien. Los gestos, La expresión, todo me es fliar. Nos trataron mal algunas veces, como de mal humor pero nunca de un humor despectivo, q yo sufrí mucho en otras partes de Europa. Muchas veces fueron muy muy amables. En al Restoran al q más fuimos en Taormina, x ejemplo. En la maravillosa fiambrería de Randazzo, en el Etna (se llama así el pueblito) donde nos sirvieron como los dioses y nos regalaron un postre inolvidable de pistacchio y mí droga, la pasta de almendras. En una estación de servicio entre Taormina y Palermo nos oyeron hablar en castellano y listo. Una de las q atendía era de Santo Domingo y La otra es de ahí pero estuvo d en Bs As así hablamos como media hora de alfajores, q ella recordaba, este horrendo invierno (peor de toda mí vida, dijo, y yo pensé, deberían prohibirnos la entrada a Europa en invierno xq cada vez q venimos es el peor en años), y al final, Odi les enseño a hacer paella, una maravilla.

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