10 de abril de 2017

Clase en un día agitado, raro y también el primero del frío (cosa que no ayuda a mi humor, por supuesto): como siempre, en mi seminario de 13 a 17, la primera media hora, 45 minutos es más solitaria. Muchos llegan bastante tarde, algunos me explican cosas del laburo, por eso yo dejo el trabajo en grupo (que es lo más lindo y el momento en que todos aprendemos más, creo yo) para las 15... y al principio doy una especie de teórico. El problema para mí es siempre que no decir..., hay tanto. Ese cuando preparo. Cuando estoy ahí, el segundo problema es que medio me voy por las ramas porque tengo mucho que agregar..., siempre, lo cual me hace sentir bien con lo que fui entendiendo a medida que pasaban los años.
Hoy empecé por el horror de la carpa y lo relacioné con nuestro tema, el dinero, la economía. Terminamos hablando de medios de comunicación, de lo que existe o no porque los medios quieren que exista o no exista, y del asunto maestros..., del hecho de que pegarle a un maestro parezca peor que pegarle a un boliviano (a los que Crónica un día no consideró "personas" según un famoso título rojo), lo cual no implica que las dos cosas no sean terribles. Después pasamos a lo que yo estaba dando, el maravilloso libro de Vogl, El espectro del capital..., que para que me guste a mí, supongo que es porque es de economía pero para los que pensamos otro tipo de cosas. Les di el capítulo dos, en el que se habla de Adam Smith y el liberalismo. Tan claro, tan perfecto, tan relevante para hoy que parece hecho para este momento exacto (y ya tiene dos o tres años, creo yo). Y todo el tiempo volvíamos de alguna forma al comienzo así que sí..., nos pasamos un cachito de tiempo y al final terminamos medio apurados a las 5..., cuando ya la cosa se ponía pesada con el horario. Me gustó. Cuando salí había llegado el invierno así que eso... no me gustó nada pero esa es otra historia.

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