20 de junio de 2017

Corrijo galeras de dos libros míos. Siempre me da miedo empezar..., siempre pienso que voy a descubrir que son muy malos cuando ya es tarde para sacarlos de mi vista y que no los vea nadie más. Por ahora vamos bien..., pero para mí es como pasar un examen.
Y al mismo tiempo: hay tanto para corregir todavía. Siempre corrijo detalles de último momento. El lenguaje es demasiado lábil, demasiado flexible, demasiado mágico para que se puede fijarlo en una forma perfecta.

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