13 de julio de 2017

Anoche, una noche terrible, espero que la última con el diente este que me tiene como no me tuvo nunca ninguno en mi vida. Una muy, muy mala noche. Pero, lo que son las cosas, tratando de distraerme (soy muy, muy mala para el dolor, sin duda me estoy dando..., no creo en sufrir), justo encuentro en Netflix, creo, una versión teatral, nada interesante excepto las actuaciones de "Un esposo ideal", una de esas obras de teatro super livianas y "encantadoras" (creo que no hay otra palabra) de Oscar Wilde. Con Cate Blanchet..., nada menos. La miré aunque no es lo que realmente me gusta de Wilde (lo prefiero poético como en los cuentos o terrible como en La Balada de la cárcel de Reading), pero era el tono tranqui y medio soporífero que yo necesitaba. Y ayer había terminado de leer el libro de Amélie Nothomb, El crimen del conde Neville (que tiene mucho que ver con el de Wilde: El crimen de lord Saville, creo, lo estoy escribiendo de memoria)... Todo se dio al mismo tiempo. Por si alguien pregunta..., la novela de Nothomb la voy a comentar para el diario... y no, lo francés no es lo mío, aunque hay bastante que decir de ella.

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