9 de julio de 2017

Lugar en el mundo

En este lugar
exacto,
del que conozco los árboles
uno por uno
o casi,
podría sentarme
a mirar los pájaros.
Y quedarme:
ocho, doce horas
de plumas
y alas
y canción y espacio
dominado
y lucha.
A veces,
sé que debería,
que ese mundo que entra por los ojos
es lo que vale,
no el del lenguaje.
A veces,
cuando lo humano
se derrumba,
sé que no es así.
Que hay otras urgencias.
Y sin embargo,
sin alas,
sin canción,
sin plumas,
toda urgencia se acaba.
Toda palabra.


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