27 de julio de 2017

Una anécdota del subte, que me conmovió mucho. Ayer, miércoles. Esto fue en el subte C. Subí y me senté lo cual era un milagro. Había un hombre y una mujer en la puerta, con un parlante grande y un micrófono bastante profesional, digo, sonaba bien (para mi oído no tan bueno). Ella contó que eran un matrimonio y habían perdido los dos el trabajo. Que tenían tres hijos y que para mantenerse, hacían eso porque siempre lo habían hecho como hobby. Él le hizo de técnico, le puso la música y ella cantó bastante bien canciones estilo romántico. Tenía buena voz. Como yo viajé desde Diagonal Norte a Constitución (para volver a casa), los escuché dos veces. Lo decían con cierta tranquilidad fatalista que me llegó mucho. Los aplaudimos. Para mí, una historia macrista.

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