14 de noviembre de 2017

Ayer, como todos los lunes, panzada de Outlander... Me vi por fin, la escena de la primera que no había visto nunca: el momento en que ella le dice de dónde viene. No sé por qué no había visto ese capítulo. Esa "scene à faire". Me gustó muchísimo. Estuvo bueno que fuera en un momento de tensión y de confusión, esos momentos en que todo se dice porque no hay fuerza para no decir. Y creo que voy a extrañar cuando termine la tres (esa la veo a medida que la dan) porque me hace falta exactamente ese tipo de relato, inteligente y al mismo tiempo muy de género, muy sobre la unión de dos personas (no el egoísmo o la falta de sentimientos como tantos otros en estos días). Mientras tanto, con Odi, seguimos viendo Peaky Blinders. Descubrí varias cosas al respecto: es de esos en los que no querés a nadie (o sea, no me entusiasma, todos son... terribles, tal vez menos el comunista pero bueno..., esa soy yo, supongo), tiene una reconstrucción de época y unas actuaciones impecables, impresionantes y terribles (la Inglaterra de 1919..., un lugar terrible), y una acción constante. Creo que lo que más me gusta es el contraste tipo Moulin Rouge entre la época y la música totalmente contemporánea y muy, muy bien buscada. Y el personaje de la tía, una mujer fuerte de armas tomar.

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