1 de febrero de 2018

Hace muchos años, antes de la elección en la que ganó Macri en la ciudad de Bs. As., una persona (no está entre mis amigos de Facebook) me dijo que él y Filmus eran lo mismo. Por una vez en la vida, sorprendida porque no me esperaba eso, yo, que suelo esquivar las discusiones políticas (no son para mí, admiro a los que son capaces discutir, yo no lo hago, me lo impide mi timidez, supongo, porque o me voy al mazo o grito, no tengo término medio), le hablé de algunos temas: la cultura, el manejo de la represión, el apoyo a los de abajo. Creo que fue eso. Y esta persona, tal vez porque nunca fuimos amigos íntimos, solamente conocidos, me escuchó y me dijo que sí, que bueno, en los primeros dos temas, yo tenía razón, no eran iguales. Que claro que a mí me iba a interesar la cultura (insinuó que eso era cierto tipo de defecto que venía de mi carrera, Letras, y del hecho de que soy escritora). Del segundo dijo: No importa, porque el Jefe de Gobierno no tiene policía (o sea..., que no importaba si no la tenía, total no podía ejercer su deseo de represión). Del tercero, no, no, él creía que eran iguales... No sé por qué me vino esa conversación a la mente hoy mientras cierran Pakapaka y los canales culturales, echan a muchos, constantemente, del estado, desarman Planes nacionales de lectura y de reparto de computadoras, reprimen (yo lo viví el 18 de diciembre), y sube todo mientras siguen repitiendo que más de 15 por ciento de aumento no en las paritarias... No sé por qué.

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