21 de marzo de 2018

Ayer, empezamos Borderliner, de Noruega. Policial. Por ahora no digo nada porque vimos medio capítulo solamente. Muy pronto para decir si me gusta o no. Ah, aviso, en Netflix, alrededor de cuyos valores se armó toda una discusión que me sirvió para ver la distancia astronómica que hay entre los gustos de algunas personas y los míos (como lo del calor versus el frío, que hizo que yo escribiera un cuento "Calor y Frío entre enemigos", hace ya años porque la discusión era constante). Esa distancia me irritaba antes. Ahora, me sigue irritando cuando siento cierta..., cierto ataque o desprecio del parte del otro hacia los míos... Del tipo de los amantes del canon literario: Si no te gusta Goethe, no entendés de literatura. Si no te gusta Cervantes..., no sé qué. Eso es algo que yo jamás digo. Hay gustos y son personales y no tienen que ver con calidades o no..., es más como soy anticanónica, discuto mucho lo de la "calidad"... Si no está ese tonito de desprecio ahí (si no te gusta..., no sé, el cine francés, no te gusta el cine, por ejemplo), la distancia me entusiasma: habla de la necesidad de que se escriba y se filme y se haga mucha literatura, mucho teatro, mucha película. Porque hay distintas demandas. Como sea, para que se vea que el gusto a veces no es solo a favor de la "calidad" absoluta, cuando Odi se durmió (super temprano para mí), miré un capítulo más de She's Gotta Have It, de Spike Lee, que me gusta enormemente (y sí me parece muy innovador, muy Lee, en muchos momentos, muy arte, muy novedosa) pero del que no puedo ver más de un capítulo..., después (apenas eran las 10,20) me puse a buscar una película que me levantara un poco el ánimo en este otoño que me cuesta remontar... Y encontré una de esas comedietas que son fórmula, no arte, pero que yo amo y que me ayudan a distraerme, me hacen sonreír y me conmueven, sí, sobre todo si los actores son los monstruos de Emma Thompson y P. Brosnan... Y me reí un rato. La pasé realmente bien. Se llamaba The Love Punch. Era inglesa y absurda pero divertida y el amor, el amor me puede. Siempre.

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