14 de marzo de 2018

Ayer, terminamos los diez capítulos de Seven Seconds. Realmente impresionantes. El final, al que yo le tenía miedo, fue perfecto. Reflejó lo que es la justicia en EEUU, totalmente atenta a clase y raza, y al mismo tiempo no hizo ese movimiento tan malo para la literatura política (en el sentido totalmente positivo que le doy yo a la expresión) que es cerrar todas las puertas y dejar la historia sin esperanza. Lo que se ve es el terrible agridulce de la realidad. Y la realidad de esa serie es la de Black Lives Matter, frase que está en el centro desde el principio pero no se oye hasta el final, si no me equivoco. Y, como saben los que me conocen, si soy tan entusiasta, hay personajes positivos, que uno quiere... La disfruté, la sufrí, como Godless, la mejor de los últimos tiempos.

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