14 de marzo de 2018

Lo que me pasa ahora, amiga, es que cada tanto, cuando me olvido porque el calor ayuda o el lugar es nuevo y yo sigo con la curiosidad intacta (cosa que me prometí a los 20 y cumplo 40 años después) o porque estoy leyendo un libro que me divierte y levanto la vista y no terminé de salir del todo del mundo que trazan las letras, cada tanto, dije, durante un milisegundo, pienso "Voy a llamar a Lili", por vos Liliana Bodoc. En general, llamarte no significaba que nos comunicábamos. Muchísimas veces no atendías, así eras y todo estuvo bien cuando lo entendí. Pero intentarlo era un momento hermoso porque si por casualidad sí aparecía tu voz en el teléfono..., charlábamos sobre política, sobre literatura, sobre el mundo de la LIJ y de los escritores en general, sobre la "grieta" que las dos defendíamos, aclaremos, sobre imágenes que nos gustaban o el proyecto que teníamos y nunca vamos a hacer. Y cada tanto, cuando me pasa (hace un segundo, por ejemplo), vuelvo a caerme desde el acantilado y la caída me deja sin aliento, como pasó ese día, hace un mes, el 6 de febrero, cuando atendí el teléfono, pensando que eras vos y no eras ni volverías a ser. Y yo no quise entender lo que me dijeron ese día, era como si hablaran en chino... Pero, a pesar de mis esfuerzos, mi cerebro entendió y entiende... Tuve muchas amigas a lo largo del tiempo, siempre de a una o de a dos (nunca en grupos, desde los miedos horrendos y el maltrato de la secundaria, me asustan un poco los grupos...). En algún momento, en muchos casos, esas amigas se fueron por otro camino, nos alejamos y ya no nos vimos o eso fue algo que me costó digerir pero que terminé aceptando. Tuve, eso sí, dos amigas que se me fueron lejos, una fuiste vos. Y las dos seguían ahí..., hasta el 6 de febrero, la de Francia y vos, en San Luis. Ahora ya no. En el lugar en que estabas, quedan solamente los recuerdos, lo que ya pasó. Ya no hay planes de futuro. Ya no hay promesas ni previsiones. Eso es lo que, en esos instantes (cuando levanto la cabeza de un libro, cuando el calor me acuna, cuando miro los ojos de los que quiero), no estoy aceptando. Será por eso que, en esos momentos, cada tanto, pienso, "Voy a llamar a Lili"...

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