21 de agosto de 2018

Kafka y los papeles. Y pensar que en la desesperación de saber que no había forma que yo estudiara nada científico, en algún momento, a mis viejos (que me respetaron, que quede claro, pero que le veían muchos problemas a la idea de sobrevivir en Letras) se les ocurrió que yo podía estudiar ¡¡¡abogacía!!! Por suerte, no di bola y ellos supieron entender.
Como sea: la Municipalidad de la benemérita ciudad de Buenos Aires (no la UBA, para la UBA ya está todo hecho, nunca pidieron este formulario o aquel..., nunca fue el trámite del arbolito, ahí --donde quería seguir--, terminé hace dos meses) me siguen pidiendo una cosa cacofónica con un título que incluye dos palabras terminadas en -ción/sión o algo así notificación de la decisión en comisión..., no sé, no importa, los nombres son tan feos e inútiles como los papeles en sí, desde mi punto de vista, nunca voy a aprendérmelo. Pero resulta que la ANSES no me da eso... Me dan otra cosa. Los administrativos (y yo con ellos no tengo ningún problema, es lo que les piden..., mi rabia y mi risa es con la Municipalidad en sí) insisten con "Profesora, eso NO es".
O sea: me piden algo en un lugar pero en el lugar donde deberían dármelo, eso no existe o no existe para mi caso. Claro, pienso yo, como siempre en todas partes, soy la rara. Me jubilé por Trámites complejos, no de otra forma, porque durante 33 o 34 años laburé en dos lugares al mismo tiempo y me jubilé por ambos... Y eso, parece, no está resuelto en los trámites que exige la Municipalidad.
Esa comedia absurda me hizo recordar lo que me pasó en 2003 cuando fui a EEUU con una beca de dos meses otorgada por la Embajada de ese país. Dos días antes del vuelo, empieza la guerra con Irak así que me llaman de la Embajada y me dicen "el formulario pink no va más... Ahora es este blanco". Me lo cambian. Pero hete aquí que cuando llego a Los Ángeles, los guardias de ahí no se enteraron así que medio me secuestran durante dos horas exigiéndome el "pink form" que yo no tenía porque "ya no iba más"... Esto es lo mismo pero más cómodo porque estoy en casa y de a ratos, me cago de risa. De a ratos, claro, tengo ganas de matar a alguien...

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