22 de septiembre de 2018

Ayer y hoy miré una película por el cable. China. Con Jet Li, hablada en chino. Se llama, en inglés, Flying Swords in the Dragon's Door o algo así. Me fascinan esas películas porque lo que queda en claro son algunas cosas que tienen muchísimo que ver con la cultura que yo desconozco por completo.
1. No se entiende nada. Para mí, la narración es confusa, no es fluida, no es..., claro, occidental, nunca sé exactamente qué está pasando y lo que parecía claro al principio se va complicando cada vez más con más y más personajes y lugares y montaje y yo, salvo la línea muy general, suelo no saber qué diablos está pasando.
2. Al mismo tiempo hay una mezcla de magia y poderes y realismo y artes marciales y espadas y cuchillos que vuelan, hilos que parten en dos, flechas que parten otras flechas en el aire que es realmente muy pero muy divertida y bueno, no hay algo semejante a sacarle semejante jugo a la combinación cámara lenta-cámara rápida.
3. Hay un manejo de escenas de mucha acción y violencia, combinadas con otras de diálogo reflexivo que hace pensar, hasta cierto punto, en mi género preferido, el western, pero acá la mezcla es más... mezcla que en EEUU: digo, en medio de una batalla sangrienta, no sé cómo, hay un largo diálogo en el que dos se confiesan amor y todo se detiene alrededor de ellos (en el western seguiría habiendo muertes en el fondo).
4. La mujer. Eso es hermoso y lo primero que me atrajo de este tipo de película de aventuras, no pasa para nada en Japón. Las mujeres son guerreras. Y excelentes. No son protagonistas del todo pero están a la par de los guerreros hombres y sobre todo, a diferencia de Occidente donde, por ejemplo, en James Bond, es más común que una mujer pelee con otra, acá todo el tiempo las mujeres se pelean con hombres a los golpes, espada de por medio, etc. Me encantan todas ellas. Hasta las malas.
5. Hay mucho de maniqueo en cuanto a malo - bueno (western de nuevo) y eso es raro para mí en una cultura donde en el blanco hay negro y viceversa pero es así.
6. La estética, las tomas, las masas que se mueven, los paisajes falsos o verdaderos, las largas tomas de travelling, y los objetos, los objetos... qué inmensa belleza. Yo quiero a la filmación de una de esas cosas y quedarme con un cuenquito, un pedacito de mampara o biombo, un mango de espada...
Por eso las miro. No les creo nada..., siempre terminan mal (y yo odio que ese tipo de película termine mal) pero me fascinan.


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