Mi séptimo día de postear una
película que me haya volado la cabeza. Esta vez pongo una que tal vez no sea tan excepcional pero de la que me acuerdo muy bien porque en su momento me dio un enorme placer verla, me hizo bien... Y eso porque fuimos a verla en contra la opinión de los críticos de Página 12 (que casi siempre están en las antípodas de lo que yo busco en una película, por eso yo insistí), que le habían puesto un cuatro o algo así... Yo, en cambio, la amé. Es el tipo de película rápida (digo, pasan muchas cosas y todas muy interesantes), artificial, tramposa y al mismo tiempo inteligente y emocionante, esas que a mí me llenan de una satisfacción que, tal vez, desde lo intelectual, sea culposa pero que necesito mucho en ciertos momentos (ahora, por ejemplo: para que se entienda, lo que me hace ser feliz ahora porque en noviembre vuelve la serie Outlander). Para fijarla más en la memoria pasó algo extra: la vimos dos veces. La primera vez, se cortó la luz en el cine y nos quedamos por la mitad (juro). Y yo insistí en volver a ir porque me moría por ver el final. Se llama "The Brothers Bloom", en castellano "Los estafadores"... Pido a Nora Silvia Busti que, si quiere, postee también diez días diez películas que recuerde...
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