20 de febrero de 2019

La comadreja (así le decían en Sta Fe en mi infancia, Odi le dice zarigueya, con diéresis que en este momento no encuentro...). Esta fue la historia: se estaba yendo la última amiga. Yo me di cuenta de que Sandokán estaba loco y fui. Y ahí la vi. Y para mí estaba muerta, pero el perro no se acercaba. Odi la tocó con el pie. Nada. Yo me di media vuelta para ir a buscar una bolsa y él me dijo: No, no está del todo muerta. La levantó por esa cola espantosa (lo único realmente feo que tienen) y nada... totalmente floja y la puso debajo del cerco, donde no la molestaran. De mañana, no estaba. Pero Vito vio una comadreja a dos casas, cruzaba la calle, tranquila. Así que sí, tal como dijeron por acá y dijo Dante, se hizo la muerta. ¡¡Pero qué bien se hacía la muerta!! Todos nos lo creímos. Solamente movía los ojitos, dijo Odi... Qué historia más linda en un verano con noticias horribles y problemas y luchas con los molinos de viento.


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