Good Omens. Estamos
con esta serie que nos recomendó Héctor Acosta en Prime. En la presentación, ya
se ve que hay un ángel y otro negro que seguramente es un diablo. La
presentación era hermosa y divertida pero a mí, las series donde hay ángeles y
diablos me dejan a un costado… así que no le di mucho changüí, supuse que no
iba a gustarme. Son mis prejuicios, claro está. Porque la serie de dos temporadas
(por ahora) es realmente muy buena. Es un comentario irónico y cómico y en el
fondo, profundo sobre la historia según la cuenta la Biblia. Aparecen los
episodios más famosos como el de la serpiente en el Paraíso y el de Job y la
manera cruel en que Dios lo ataca y lo hace sufrir. Todos son un comentario
excelente sobre la crueldad de la historia, los agujeros que hay en la lógica
(por lo menos para quienes no somos creyentes) y el lado cómico y absurdo de lo
que se cuenta, desde el punto de vista de un ángel y un demonio que se hacen
amigos y tal vez, pareja gay. Me fascinó la escena de Job y la forma en que
estos dos personajes tratan de arreglar las crueldades del jefe mayor. Y no
digo nada de toda la cuestión del Armagedón que cubre toda la primera
temporada. Me pareció genial todo, desde el arte hasta el guion, impecables.
Las actuaciones también. Es una comedia con mucho de triste y doloroso. Otra
pegada es el nombre de los cuatro jinetes del Apocalipsis, con los mayores
problemas de la humanidad en el presente. Ah, y el hecho de que los “ángeles”
(sin todo el debate sobre el “sexo” de esos seres) son tanto hombres como
mujeres.
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