24 de mayo de 2022

 Terminamos la primera (y por ahora única) temporada de "Tokio Vice", en HBO Max. Me gustó mucho como policial. Buenas actuaciones, buenas tomas, excelente guion en cuanto al ritmo y el suspenso, historias complejas y nada individualistas, algo de coralidad, para mí tan importante. Los grupos sociales que se tocan, se rozan, se enfrentan, están muy bien tratados. Algunas cosas de la sociedad japonesa están bien pintadas (yo lo digo sin ser experta ni mucho menos: lo vi en parte en los tres años que estudié esa lengua, de la que recuerdo más que nada la interesantísima sintaxis pero donde ciertas características están claramente presentes): total importancia de la jerarquía, reverencias incluidas; el "Sí, señor" de la vida corporativa (para mí, espantoso), en el centro de todo. Lo que se ve es una sociedad muy pero muy clasista y de enorme diferencia entre jefes e inferiores y muy pero muy machista (nunca me interesaron mucho esas sociedades, la verdad, pero las conozco desde los tiempos en que estudié la lengua y por el manga, que mi hijo amaba). Algo extraño en las ficciones estadounidenses: el periodista, que al principio parece único protagonista (después, por suerte, eso se pierde: por suerte para mí, la serie es bastante coral), odia su vida en su país y siempre está hablando de mal para abajo de su vida en EEUU. Es un "gaijin" (palabra bastante despectiva sobre los no japoneses) pintón y muy alto que dice que es judío.  No entendí por qué (el judaísmo no importa mucho en la historia) pero ahora se me ocurre que es para que el contraste entre él y los japoneses no suene demasiado a mirada WASP típicamente despectiva y eurocentrista. Es mucho más alto que la mayoría de los japoneses que lo rodean y   de vez en cuando se frustra con la jerarquía y hace críticas del estilo de: "lo de allá es un desastre pero por lo menos existe algo que se llama "periodismo de investigación"". Lo de las mujeres y la cuestión de la yakuza (alguien tendría que comparar mafias asiáticas y mafias italianas) es trágico y terrible.  Y la mirada a la policía y los diarios... horrenda. Hay violencia, mucha. Y hay algo de lo que vi en parte en The Wire, algo que en general me conmueve: algún criminal tiene una ética de algún tipo... sin dejar de ser quién es. Nada es binario del todo. En general, muy interesante. Y la dejaron arriba, en la mitad de la acción así que supongo (espero) que haya segunda en algún momento. 

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