Esta es la del 12 de septiembre, voy para atrás.
Fue una clase corta hoy en la cárcel: había mucho movimiento y por lo tanto, mucha interrupción. Supe detalles de vida, que salieron porque en un momento, hablamos de esclavitud y de los paralelos entre esa condición y de las un preso (según la definición de George Jackson en Soledad Brother).
Los detalles duelen: como el año pasado, cuando di un seminario de cárcel entre hombres, hay más que lectura, hay experiencia en las respuestas.
Por otra parte, hablamos de idiomas y de dialectos. De cómo a veces, si además de la cárcel, una viene de otro país, el exilio es más de uno: de cultura, de idioma, de formas de ver el mundo. La soledad debe ser terrible. Muchas veces lo que yo siento cada vez que me voy a trabajar lejos, donde no se habla mi castellano.
Y la resistencia está ahí, claro.
Yo, como siempre, me saco el sombrero
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