18 de marzo de 2016

165 a favor, 86 en contra

Nos están llenando
el aire de agua.
Nos acorralan.

De pie,
los ojos fijos en el mundo,
afuera (aunque duele),
busco un espacio en el que
esconderme,
una grieta que guarde
viento y tiempo y
esperanza.
Y sí, quiero más que
palabras.
Quiero un palmo, un cuadradito
de tierra
para pararme.
Y no, ese lugar diminuto no es un sueño:
no es un sueño:
lo tuvimos antes.
No es un sueño,
me digo.
Pero hoy,
nada alcanza.
Nada.
No basta
el verde moribundo
del otoño.
Ni la risa
en la que creo
hace tan poco,
esa risa que
una vez,
cuando no la tenía,
me regalaron tus ojos.


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