9 de marzo de 2016

Para mí, algunos objetos son mágicos y están vivos. Algunos tienen magia negra, claro, y son la mayoría que se me resiste siempre, las cosas que se caen y se rompen y se resbalan y no quieren cerrarse, abrirse, separarse, el cada minuto de los no hábiles, los torpes como yo. Y algunos me hablan. Me gusta verles una profunda relación con lo que va a pasar, con lo que pasó, con lo que tal vez suceda. Me compré este collie hace años de años en algunos de mis poquísimos viajes alUruguay, país que no me entusiasma (confieso), a diferencia de Brasil. Me acuerdo que era carísimo y que me lo compré en una casa de artesanías porque esos perros siempre, siempre me gustaron y estaba triste (esto debe haber sido tipo veinte años, no sé, cuando empecé a dar clases de inglés) y necesitaba el consuelo de esas cosas que una se compra para calmarse, para mirarlas y sentir (tontamente) Bueno, por lo menos me merezco esto. Lo tengo hace más de 25 años. Y ahora, que está Sandokán (otro color, claro) me encanta mirarlo sobre la computadora. Era un anuncio, me digo. Un anuncio de mi quinto perro. Gracias, Dante TamSelva.



No hay comentarios: