27 de octubre de 2016

Dos cosas recuerdo del 27 de octubre de la muerte de Néstor. Una, por supuesto, es que mientras esperábamos a la mujer del censo (vino una mujer), mi marido me dijo que lo había oído en la radio y nos pusimos a llorar. Yo no podía creerlo. La otra tiene que ver con una llamada que me hizo una amiga del alma: estaba en un aeropuerto y se había enterado y había oído a un tipo decir Qué alivio, un hijo de puta menos y eso le había hecho un daño enorme. Nos abrazamos a la distancia. Después, fui a la plaza...

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