4 de noviembre de 2016

Las cosas chiquitas que pasan de padres a hijos a nietos me conmueven. Ayer, se me ocurrió:
Madera
La mesita,
el espejo.
Los miro pasar
de madre a
hija a
nieta.
Yo soy la del medio.
Me gusta
verlos
continuarse.
Esta es la
eternidad,
la nuestra,
la que sentimos
los que creemos
solamente en la Tierra:
este día chiquito
en el que estamos,
cuando las cosas
pasan y siguen y cantan
historias.
Cuando las miramos,
y por un instante,
en ese marco,
en esas patas,
se hamaca
el árbol.
Y todos los finales
son principios.
Y nada,
nada es espanto.

2 comentarios:

Jorge dijo...

Muchas gracias Márgara. Entre Madera y el sol, empezó un buen día.
Y que pase un buen fin de semana.

Márgara dijo...

Gracias, igualmente, Jorge.