13 de febrero de 2017

Cerca de Palermo hay dos catedrales del estilo normando-medio árabe, como la Capella Palatina. Ninguna de las dos las vimos estando en Palermo mismo. La primera fue después de ir a buscar el auto alquilado y salir para Trapani donde pasamos dos días. ïbamos a hacer dos cosas en ese viajecito corto de pocos kilómetros. Hicimos solamente Monreale: en la otra, Segesta, que dejo para cuando haga Trapani, mañana o pasado, llovía tanto que no quisimos bajar del auto y la dejamos para el día siguiente. Aprendimos varias cosas: una, los 200 kms no son 200 kms de llanura, un ratito, son largos y trabajosos y de montaña; dos, el clima no iba a acompañarnos y no lo hizo (entre nos, tampoco me acompaña a mí ahora, en mi país así que... no es raro, este verano viene esquivo). Las primeras fotos de este álbum son no de la catedral sino del camino desde Monreale a Trapani. Nieve había. Nevaba directamente. De un lado veíamos Palermo y el mar y del otro, montañas nevadas y la ruta cubierta de nieve. No me gusta la nieve, por si no queda claro. El frío era intenso como siempre que hay ese material blanco y brillante en el suelo: "Sueña que es tibia la nieve", decía Atahualpa. A mí, tal vez me gustaría en ese caso pero no es así...
La catedral es bella, más amplia y menos fabulosa que la Capilla pero bella y con la misma creatividad infinita en los detalles de los mosaicos y las mismas caras increíbles. Afuera había un carrito de Pizzería con un muñeco caballo que me fascinó. Empezaba la vuelta a la isla de Sicilia. Incompleta, claro, pero ahí estábamos, al principio de todo.















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