16 de febrero de 2017

El auto que alquilamos tenía un GPS, una Italiana (a la que no pusimos nombre, como sí hacemos en casa, se llama Dolly porque habla en inglés estadounidense, no termino de aguantar ala española de España con su "girar" en vez de doblar y su "gire a la derecha y gire a la izquierda" que significa en realidad "doble a la derecha y después doble a la izquierda"...) que nos indicaba el camino. La señora decía algo que nos era incomprensible al principio de cada indicación: para mí era algo como "franomolto"... Nos volvía loco ese "franomolto voltare a sinistra". O "a destra", claro. Después de varios días nos fuimos dando cuenta, Odi creo, sobre todo (yo de italiano, nada, es solo el parecido con el castellano lo que me guía) que era "tra non molto", dentro de no mucho... ¿Qué indicación es esa? Igual siguió volviéndome loca. Por suerte después decía "adesso, voltare a destra". Nos hizo lío también. Una vez, tenía una indicación vieja y nos llevaba a la nada y al final, tuvimos que preguntar porque la autopista pasaba ahí al lado pero no la pegábamos con la entrada... Pero lo que me fascinó de Sicilia fue el lugar, el campo..., las vistas (parecidas a las de Segesta en algunas partes, en otras no tanto). Eso que cuando fui en invierno a lugares como Francia e Inglaterra era puro blanco. Viajar por ahí era difícil (mucha curva, mucho túnel, se iba muy despacio) pero hermosísimo. Y cuando llegamos a la zona de Siracusa-Montalbano (para mí, que miré toda la serie), de otra forma, lo mismo. El auto nos sirvió. Gracias a la italiana por la mayoría de las veces... Alguna vez, necesitamos el teléfono y entonces, nos hablaron en buen argentino.







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