24 de octubre de 2017

Ayer, capítulo 10 de la temporada 3 de Outlander. Lo disfruté casi hasta las lágrimas. Eso era exactamente lo que necesitaba (y busqué en vano en la película "Entre montañas"): un reencuentro feliz de dos que se aman filmado como hacen los ingleses, con calidad y sensualidad, sexo incluido. Gracias por eso. Por una hora y piquito (creo que duró más de una hora), me olvidé de casi todo que era lo que quería. Y tenía el tono exacto que me gusta de "las de amor", uno de mis géneros preferidos: dos adultos, conscientes de muchos errores, conscientes de la necesidad de confianza, conscientes de sí mismos y de las vidas que el otro o la otra tuvo en los años en que estuvieron separados... ¿Escapismo? Por un ratito solamente. Después, hoy mismo, con la fuerza del placer de ese tipo de historias (para mí, no digo que a todos les gusten), podemos seguir adelante. Seguir preguntando siempre por lo que le pasó a Santiago Maldonado.

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