24 de marzo de 2018

Documento del Colectivo LIJ


En diciembre de 2015, con el resultado de las elecciones presidenciales de ese año en el aire, hubo muchos que sentimos la necesidad de reunirnos para luchar contra lo que se venía. Porque, cada uno, cada una a su manera, lo veíamos venir. Éramos escritores, dibujantes, editores de la LIJ que nos poníamos así frente al abismo de un violento cambio de rumbo hacia la derecha y que sabíamos que, en esos momentos, la respuesta está en lo “colectivo”.
Poco después (muy poco), llegaron los disparos de armas de fuego estatales contra un grupo de chicos de una murga del Bajo Flores, ese comienzo del gatillo fácil que ahora se repite constantemente contra los chicos y las chicas sospechados de pobreza. Para el Colectivo LIJ, ese fue un claro aviso de la forma en que habían cambiado las relaciones entre sociedad y Estado. Muchos en el grupo, pusimos lo que tenemos --la palabra, el color, la poesía, la prosa, el sentimiento-- en la expresión de nuestro horror frente a lo sucedido. De ahí surgió nuestro libro Hasta la vida, que publicamos en conjunto con las Madres de Plaza de Mayo.
Sirva ese episodio, apenas el primero de muchos, para explicar por qué marchamos este 24 de marzo.
-Marchamos porque estamos viviendo en una época que reivindica la dictadura cívico militar religiosa que comenzó justamente el 24 de marzo de 1976 y terminó con 30000 desaparecidos y chicos que no saben quiénes son. Porque estamos viviendo en un momento en que se retrocede en las políticas de Derechos Humanos que quieren Memoria, Verdad, Justicia para ese período y todos los que lo siguieron.
-Marchamos porque apoyamos la lucha de Madres, Abuelas, Hijos, Familiares que empezó en ese 24 de marzo y sigue actualmente. Nuestra lucha por el castigo a los culpables en cárcel común, la justicia, la verdad, la aparición de los nietos y la conservación de la memoria indispensable para seguir adelante.
-Marchamos porque, en el campo cultural, que es nuestro campo, tenemos muchas razones para protestar: se están cerrando escuelas, teatro, centros culturales; se niegan vacantes en la educación pública, sobre todo en los barrios que más las necesitan; se arrasa con todos los planes culturales como el Plan Nacional de Lectura, que llevó los libros a chicos de todo el país; se deja de apoyar a la ciencia nacional, a las universidades, a los teatros y colectivos culturales en los barrios. Marchamos porque se está acabando con todos los planes que intentaban una distribución equitativa de los bienes culturales.
-Marchamos porque tenemos presos políticos, porque se quiere reducir la educación pública a un entrenamiento vacío para el trabajo de baja calidad, porque el Estado se retira de casi todos sus deberes excepto la represión. Porque se intenta alejar a los chicos del contacto con todo lo artístico, la música, la literatura, las artes visuales, el cine.
Por todo eso, marchamos. Y marchamos juntos porque las literaturas infantiles y juveniles están insertas en este mundo y en este país del presente, y porque este Colectivo sabe que es importante tomar partido, salir a la calle y volver a gritar ¡¡Nunca más!!


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