9 de marzo de 2018

Once años

Once años tenía.
Once solamente.
Y era un día cualquiera
sobre la moto de siempre.
Pero no era un día cualquiera.
Era ese
día y era el último.
Y era el último porque hay armas
y espacio para las armas
y aplauso para las armas.
Porque hay muerte
para los que no,
para los que apenas si
crecen,
para los sin nada.
Porque hay que gritar por eso
y se pide silencio.
Porque hay que golpear
las puertas y las ventanas
y las puertas están
cerradas.
Porque no se puede...
Once años tenía.
Once solamente.



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