8 de abril de 2018


No sé qué me dio por la nostalgia hoy..., tal vez es este año tan duro, tan diferente, tan final en tantos sentidos... Esa soy yo en la quinta vieja..., un día que claramente era de la mejor época del año, cuando todo el calor está por delante, la primavera. Sé que eso me encantaba. En la foto siguiente, estamos en el maldito mar, con mi tía y mi mamá en una de esas fotos con marquito trabajado típicas de esa época. Ah, cómo iba a odiar yo ese lugar de agua congelada y olas hasta los 15. No sé si ahí me daba cuenta todavía... No sé exactamente cuándo empezó ese odio pero supongo que fue desde esa época o antes.
El viernes, en la presentación de "Negro", el libro de poemas de Langston Hughes, hablaba con Julieta, tan joven ella, y le decía que yo tengo los mismos gustos desde siempre en casi todo (sigo viendo dibujos animados, me siguen gustando, por ejemplo; me prometieron que me iba a gustar la cerveza y nunca pasó; me dijeron que iba a dejar de gustarme lo dulce y me iba a gustar lo amargo, lo ácido, nunca pasó, etc, etc). Así que no sé si odié el mar desde el principio pero supongo que sí el de Mar del Plata porque sé que desde el nacimiento odiaba el frío y las olas y que si hubiera nacido en una playa brasileña sin olas, de agua tibia, el mar me habría encantado. Pero esos odios siguen ahí. Y los amores también: al pasto, al verde, a la primavera, al calor, a la ropa bien suelta y bien de verano... Me miro y no me reconozco en lo físico (claro que no) pero sí en todo eso... Y eso me gusta. Calculo que por eso no se trata de "nostalgia" realmente porque no puedo extrañar lo que todavía tengo.

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