9 de junio de 2018

Ayer, fuimos a ver "Joel" de Sorin. Con amigos. Fue hermosa la salida y yo la necesitaba. La película me gustó muchísimo al final pero creo que el principio debería haber sido mucho más corto y rápido. Hay como dos historias que podrían ser una pero no lo son: primero, la de la adopción de un chico grande y cómo influye eso en la vida de los adoptantes, en un pueblo chico, y los intereses que se mueven alrededor; después, lo que pasa cuando el chico empieza a ir a la escuela. La primera mitad, para mí, está de más. Debería ser infinitamente más corta, apenas un prólogo. La segunda es excelente, y plantea con claridad el problema profundo, complejo, difícil, de la discriminación. Ahí, la historia se vuelve necesaria y no gira alrededor de la figura de Joel sino alrededor de una sociedad buena, chiquita, que se cree "pura, sana" y está profundamente tocada por el egoísmo. La escena de la reunión de padres unidos para expulsar a un chico al que consideran "peligroso", me hizo acordar tanto, tanto a ciertas actitudes de padres que vi cuando iba a esas horrendas reuniones... Es estupenda. Y el uso de palabras como "puro" y "sano" para la infancia propia pero no para la ajena vuelve a hablar de meritocracia.

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