2 de julio de 2018

Ayer terminamos la única temporada que hay de "Happy" en Netflix, título que yo hubiera traducido, pero bueno. Es una serie lisérgica, absolutamente y esos tours de force --combinar lo kitch de Navidad, lo "dulzón", lo horriblemente blando y "bueno" con personajes sangrientos, terribles, un héroe sucio, también él horrible y cínico y una mirada tipo policial negro del mundo-- me suelen resultar muy atractivos. La serie está basada en un guión, un guión es una historia totalmente repetida y conocida: la redención de un tipo perdido que se volvió odioso y horrible a través del "amor", en este caso sobre todo paternal..., aunque el de pareja va y viene también. Pero mediante la mezcla con dibujitos animados, seres infantiles, la parafernalia de Navidad, se vuelve interesante. Interesante, claro, no más. No me volvió loca pero es bueno que los guionistas se atrevan a ese tipo de desafío aunque fuera en la forma. La pareja interracial me pareció interesante aunque hubiera sido mucho mejor que se dijera algo al respecto. Y la profundidad de ciertos personajes, los malos sobre todo, también era algo notable..., en una película basada en una historieta (género que habría que tener muy en cuenta, creo yo).

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