5 de abril de 2020

Ayer terminamos de ver una serie policial tipo miniserie en Netflix, polaca, "The mire", le pusieron en inglés. Me hizo pensar mucho en mis viejos, que amaban el cine polaco. Yo lo iba a ver con ellos en el Cosmos de entonces, alrededor de los veinte años... Siempre me hacía mal: me parecía terriblemente deprimente y triste. Salvo alguna que otra película, como La paloma blanca, salía peor de lo que estaba al entrar a la sala. Esto es igual. La serie está bien hecha, bien actuada, interesante, policial, claro (nuestro género favorito), pero es... es toda la triste que me alivió que se terminara. Hubo algo terrible en uno de los capítulos que se me escapó: me dormí (un día de absoluto cansancio). Y no quise verlo, preferí que Odi me lo contara; la historia ya era bastante espantosa. En general, hay una cosa que sí noté, algo muy europeo (lo digo muy en general): toda la serie tiene que ver con un bosque que está a las puertas de ese pueblo chico, un bosque identificado con imágenes muy amenazantes, muy angustiantes y que parece estar por invadir la ciudad. Y todo lo que pasa en ese bosque es malo, desde la música a la falta de colores a la impresionante presentación. ¡¡Qué europeo eso de que en el bosque está el mal, el miedo, y en la ciudad (que invade los bosques todo el tiempo) la seguridad, el alivio, la protección!! Me hizo pensar en los cuentos de Hawthorne en los Estados Unidos. Y en los estereotipos de la frontera.

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